Hay diferencia entre ellos. Es un conocimiento magistral que necesita prudencia. Unos necesitan valor y otros perspicacia. Se manejan con más facilidad los que dependen de la rectitud, y con mas dificultad los que precisan cautela. Para aquéllos no es necesario más que buena disposición; para éstos no basta toda la atención y el desvelo. Dirigir a los hombres es una ocupación trabajosa, y más si son locos o necios. Es necesario un doble buen sentido con quien no lo tiene. Es un empleo intolerable el que exige una dedicación absoluta, a horas fijas y es rutinario. Son mejores los que están libres de fastidio al unir variedad e importancia, pues el cambio proporciona el placer. Los más autorizados son los que tienen una dependencia más o menos distante. Los peores son los que hacen sudar, en la tierra y ante Dios.
Oráculo manual y arte de prudencia – Baltasar Gracián