cantando bajo la tierra

Hace tiempo que ya no vivo en Madrid. Ayer encendí la televisión de noche y al instante reconocí una cara conocida. Estaban emitiendo un documental sobre los músicos callejeros del metro de Madrid. Tengo que reconocer que me emocioné muchísimo recordando a todos esos artistas que me cruzaba cada día bajo tierra. Muchas veces eran ellos los que me daban las fuerzas necesarias para empezar el día en el caos de la gran ciudad anónima. Y es que el músico para el tiempo y te lo devuelve transformado en una nueva medida donde lo que prima son los sentimientos. Parafraseando a uno de los personajes del documental… «en esta vida hay que ser un mendigo de todo: un mendigo de la cultura, un mendigo del amor, un mendigo de la amistad…»

Podéis leer más acerca de este documental de Rolando Pardo aquí. Incluso tienen un pequeño trailer que recomiendo ver.

sombras y niebla

– pero… ¡no puedo dejarlo todo y enrolarme en el circo!
– ¿y qué tiene de malo el circo? se viaja, se bebe… hay mujeres preciosas
– no puedo, comprende… ¿cómo voy a enrolarme en el circo? ¡qué locura! mire, tengo que volverme a la ciudad y enrolarme… no sé… en la vida real
– ¿y cuál es?
– ¿cómo que cuál es? pu..pu… pues no sé, ¿qué pregunta es esa? podría casarme con mi patrona y llevar una casa de huéspedes
– ohh, sí sí… el sombrero gris: tarde o temprano todos tenemos que ponernos el sombrero gris del compromiso
– créame, me siento halagado por su oferta pero es que soy un oficinista de corazón: en el fondo lo que soy es un mísero chupatintas

Sombras y Niebla (1991) – Woody Allen

días de radio

Hay una escena en Días de Radio que me encanta. Es aquella en la que Joe Needleman, el niño protagonista y especie de Woody Allen en pequeño, está en las rodillas de su padre recibiendo una azotaina por culpa de una trastada. De repente, la radio deja de emitir música y entra un noticiario especial. Todo el mundo se para y escucha atentamente la noticia: el locutor habla de una pequeña que acaba de caer a un pozo y los equipos de salvamento intentan rescatar. Entonces, el padre acerca su mano a la cabeza del niño y le comienza a acariciar el pelo.

1298

Hoy iba por la calle con la vista baja. Al parar en un semáforo me fijé en la matrícula de un coche. No recuerdo las letras, sólo los números: 1298. Entonces empecé a intentar recordar algo que hubiera pasado en ese año… o en ese siglo. Me sentí mal por saber tantas cosas inútiles y por tener tan abandonada la historia. Como no tengo una enciclopedia de las de siempre en mi casa, he tenido que esperar hasta estar conectado para acceder a la wikipedia

He aquí lo que encontré…

¡Quién me iba a decir que el hilo me iba a llevar hasta Mel Gibson… y siguiendo un poco más hasta la revista Tren de sombras!