daft punk revival

Es curioso: desde hace una o dos semanas escucho bastante a menudo a Daft Punk. Lo llevo en el «mp3» e inevitablemente saltan las canciones cuando paseo o hago deporte. Y de repente, en el mundo de los vídeos frikis surge este personaje con sus manos y el Harder, better, baster, stronger. Aunque parezca una payasada, no cortéis antes del primer minuto…

Pero la verdad es que estoy prendado de otras dos canciones de este grupo: Veridis Quo y Something about us. La primera es repetitiva, con cierto aire retro (esas flautas con sonido a juego antiguo de ordenador) y, sin embargo, muy resultona. Y la segunda tiene una base rítmica muy, pero que muy sexy-funky. Que las disfrutéis…

yendit

No sé si va a pasar mucho tiempo antes de que cierren yendit. Pero mientras tanto… ahí queda esta tremenda colección de películas,series y dibus. Si os gustan más en inglés, también podéis probar con joox

la próxima vez que escuches a Borodin…

La próxima vez que escuches a Borodin de Charles Bukowski

La próxima vez que escuches a Borodin
recuerda que sólo era un químico
que escribía música para relajarse,
su casa estaba llena de gente:
estudiantes, artistas, borrachos, vagabundos,
y él nunca sabía cómo decir:no.
la próxima vez que escuches a Borodin
recuerda que su esposa usaba sus composiciones
para forrar la caja del gato
o para cubrir jarras de leche agria;
ella tenía asma e insomnio
y lo alimentaba con huevos hervidos
y cuando él quería taparse la cabeza
para acallar los sonidos de la casa
ella sólo le permitía usar la sábana,
además, siempre había alguien en la cama de él
(dormían separados, cuando dormían)
y como todas las sillas solían estar ocupadas
a menudo dormía en la escalera
envuelto en un viejo chal
ella le decía cuándo cortarse las uñas,
no cantar, o silbar, o poner demasiado
limón en el té, o apretarlo con una cucharilla
Sinfonía n° 2 en Si menor.
Príncipe Igor
En las Estepas de Asia Central
él sólo podía dormir poniéndose un
pedazo de trapo oscuro sobre los ojos
en 1887 concurrió a un baile
en la Academia de Medicina
vestido con el traje de fiesta nacional
al final, parecía excepcionalmente alegre
y cuando cayó al piso
creyeron que se hacía el payaso.
la próxima vez que escuches a Borodin,
recuerda…

propaganda aliada

ride with Hitler

Propaganda de la segunda guerra mundial en la que se recomienda compartir los viajes en coche si no se desea ser un aliado… ¡del mismísimo Hitler!

high and dry

Ratoncito versioneando a Radiohead con un mi menor, un sol y un re: menuda sencillez

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be alright

Otra nueva canción hecha esta tarde de domingo (con el lógico descanso para tomar unas cañitas con los amigos). Rockerilla y poco original: al principio espesa y con «batiburrillo» de guitarras no muy bien ecualizadas. Al final mejora la cosa y dentro de poco ya me llamarán para el Monsters of Rock 🙂

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cine, muelas y bailarines tamiles

Voy a hacer de esta anotación un pequeño cajón de sastre. Así que saltaré de un tema a otro y puede que entre sí tengan poco que ver…

Little Miss Sunshine

Así, en negrita y que se lea bien, porque esta película me ha dejado un recuerdo parecido al de un olor querido o añorado. Cinco personajes opuestos, cada uno con su propio sueño o desengaño: un abuelo yonqui, un matrimonio que no pasa sus mejores momentos, un tío experto en Proust recién salido de un intento de suicidio, un adolescente que no habla para probar su fuerza de voluntad y una niña que se prepara para un concurso de belleza. Un fin de semana y un viaje en furgoneta para que la pequeña pueda ganar el concurso. A partir de ahí la vida con sus alegrías y penas. Y al final una enseñanza que huye de este mundo que se nos quiere imponer de ganadores y perdedores. No quiero decir más: por favor, tenéis que verla.

Donnie Darko

Esta semana me han quitado una muela del juicio. El primer día casi no pude dormir por las molestias, así que a eso de las tres de la mañana me levanté y puse una película. Y el inicio de Donnie Darko tiene la consistencia de un sueño placentero. La música inicial de Michael Andrews parece una tela de araña que te va envolviendo poco a poco. Quizás esa sensación tuviera su origen en las medicinas que me recetó el dentista para el dolor, o quizás en la hora intempestiva. Pero lo cierto es que se trata de una banda sonora fantástica.
Donnie :¿por qué usas ese estúpido traje de conejo?
Frank: ¿y tu por qué usas ese estúpido traje de hombre?

La melodía que cierra la película es digna de escuchar. Se trata de la canción Mad World de los Tears for Fears en versión de Gary Jules. Puedes escucharla aquí

tres días

Casi al final de El violinista sobre el tejado un edicto del zar notifica a los habitantes judíos del pueblo que tienen tres días para abandonar las tierras en donde viven. Mientras Tevye y su familia empaquetan todos sus enseres yo me encuentro cómodamente recostado en el sofá. Así que para meterme un poco en la piel de los personajes pongo mi cabecita a pensar qué llevaría conmigo si sólo tuviera tres días por delante. En fin, comencemos:

Libros. Sí, tienes bastantes pero no te los puedes llevar. Así que intenta reducirlo a dos o tres títulos. Y ahora viene la duda: ¿cúales?, ¿libros que alimentan el alma, libros que alimentan recuerdos o una mezcla? Venga, como buen gallego escojo los terceros.

Música. Los CD’s se quedan. Los vinilos no los tienes en esta casa. Así que intenta meter en el mp3 todo lo que puedas. Las canciones de tu vida. Probablemente cuando se acabe la batería no puedas volver a escucharlas.

Ordenadores. Vamos, les pueden ir dando a todos y cada uno de ellos. Aquí se quedan. Y eso que lo lamento mucho por las fotos. Venga, haz uno o dos DVD’s con las mejores. Y si sobra tiempo me acercaré a un descampado y enterraré el disco duro externo. Por si vuelvo algún día.

Ropa. Bah…ahora empieza el veranito así que me llevo unos vaqueros y unas cuantas camisetas. Ahhh, y un jersey por si hace frío de noche.

Mis guitarras. Ufff…esto sí que duele. Pero no voy a ir cargando con todas. Así que la eléctrica se pierde el viaje porque pesa mucho y yo soy poca cosa. Aún quedan dos opciones: la acústica o la española. La primera es un poco pérfida y se «chulea» mucho por nueva y haber viajado. La española, sin dudas. Además, la tengo desde hace más de 16 años, así que a sonar conmigo por los caminos. Y en la funda meto también una armónica y una flauta por si acaso.

Fotos, cartas, felicitaciones, regalos, recuerdos. Claro que sí. Sin ellos no eres nada. Una caja de latón de galletas. De esas que hacen ahora imitando a las antiguas. Bien llena, que no se te olvide nada.

Unas gafas porque las lentillas se acabarán gastando. Un boli. Una libreta vacía. Una navaja multiusos. Alguna chuchería que pueda intercambiar en el futuro (pacotilla: así llamaban a la parte que un marinero podía llevar consigo en el barco para intercambiar con las gentes de las islas).

Y nada más. Me sobran dos días. Seguro que duraría poco en la carretera porque soy poco previsor (¿dónde está la comida, dónde el dinero?). Pero me alegra saber que podría dejarlo prácticamente todo. Eso sí…no me quites la caja de galletas: ella se viene conmigo al fin del mundo.